Los tipos de piedra más recomendados para fachadas pueden ser la caliza, pizarra, granito y mármol, cada una ofreciendo durabilidad y estética única. La elección depende del estilo y las condiciones climáticas del lugar.

Para instalar un fregadero exterior de piedra, se debe reparar la base asegurando que esté nivelada y limpia. Luego, se coloca el fregadero sobre la base, fijándolo con un adhesivo adecuado y conectando las tuberías de agua y desagüe.

Los adoquines de piedra natural son recomendables para superficies como patios, caminos de acceso, áreas de piscina y senderos de jardín. Su durabilidad y resistencia los hacen ideales para espacios exteriores con alto tráfico.

La instalación de una losa de piedra en suelo exterior puede tardar entre 1 y 3 días,  dependiendo del tamaño del área, la preparación del terreno, el clima o el tipo de piedra.

Entre las piedras más adecuadas para una pila exterior encontramos, por un lado, el granito, por su resistencia a manchas y abrasión, y, por otro lado, el mármol, que aporta una estética elegante, aunque requiere más cuidado. Ambas son opciones recomendables por su durabilidad y resistencia a la intemperie.

Para sellar un fregadero de piedra, se limpia bien la superficie y se aplica un sellador específico para piedra con un paño. Finalmente, se deja secar, permitiendo que el sellador se cure completamente antes de usar el fregadero, garantizando así una protección efectiva contra manchas y humedad.

Un revestimiento de piedra es un material decorativo utilizado para cubrir paredes y superficies, aportando un acabado natural y estético. Este se puede utilizar tanto en interiores como en exteriores para mejorar el diseño arquitectónico y la durabilidad de las estructuras.

El granito es ideal para lavabos por su durabilidad y resistencia a manchas, mientras que el mármol tiene buena resistencia al agua, lo que lo hace práctico en un entorno húmedo, aunque es más susceptible a manchas y rayones